A través del Programa Daphne de la Comisión Europea, y con los partners CREARC en Francia, y el Consejo de Educación de Fife (escocia), esta actuación tenía como eje que lo vertebraba el intento de aproximación a la violencia en el ámbito escolar, una labor que no siendo novedosa tenía como valor innovador fundamental tomar al profesorado de educación secundaria como “guía” que nos orientase.
Es decir, considerar a los enseñantes como personas esenciales en un proceso de intervención socioeducativa relacionada con la violencia existente en sus centros, desde su responsabilidad educativa; así como educar en los jóvenes en una cultura de paz y no violencia.
Desde esta perspectiva se hacía coherente mantener con tales educadores una comunicación y colaboración permanente y estrecha durante todo el desarrollo de esta actuación. Ello sirvió para que se realizasen reflexiones conjuntas, así como de involucrar e intercambiar, de reelaborar crítica y colaborativamente los conocimientos teórico-prácticos con los profesionales, con los prácticos de la educación.